¿y vosotros quien decís que soy yo...?
Es la segunda vez que visito Marruecos en poco más de tres años, con dos grupos de amigos diferentes, pero tan geniales y especiales..., unos y otros.
Si la primera vez me sorprendió y encandiló, esta vez me cautivó; es desemejante a mi entorno, a ese paisaje que se dibuja desde mi balcón, a esa gente con la que me cruzo y saludo todos lo días. Es desigual a cualquier país europeo, a Francia o las islas de las Azores (Portugal), que he visitado recientemente, por ejemplo. Con poco más de 14 km que nos separan, las diferencias culturales, las oportunidades y las posibilidades de crecimiento y desarrollo, son sencillamente, infames. El estado de bienestar para la inmensa mayoría de los marroquíes, básicamente, no existe. Si queremos valorar y apreciar nuestra forma de vida solo tenemos que cruzar el estrecho, eso si que es vivir con estrecheces y carencias.
Visitar Marruecos sin analizarlo es imposible para mi. Podría comenzar diciendo que me alojé con mis amigos en una Riad, a pocos metros de la famosa Plaza al Fna de Marrakech, en el mismo corazón de la Medina. Muy barata por cierto, 11€ diarios y teníamos incluido el desayuno; claro que las características del edificio y de las habitaciones solo eran, más o menos, aceptables, pero para una ducha y para dormir cumplían su función. El hotel, porque era hotel, no tenia ascensor, las habitaciones estaban en la primera planta y el desayuno se servia en la terraza que se encontraba, algo así, como en la cuarta, donde, además, a las 08:30h que era el "momento" elegido para tal fin, hacía un frío considerable. La temperatura es muy similar a la nuestra, fuera de las horas de sol hace fresco, pero a los marrakechí no debe importarles ya que todo su afán era que nos sentáramos en las terrazas. El primer día "discutí" con la persona que debía servirnos el desayuno, lo pongo entre comillas porque dudo que me entendiera, pero los gestos hablan por si solo y seguro que supo 'apreciar' que estaba muy enfadada por la tardanza del mismo, ya que los otros días fueron puntuales. Para ellos el tiempo no importa, tienen todo, da igual cuanto inviertan y si se puede hacer con menos, si no fuera porque en la sociedad occidental en la que vivimos eso es imposible, sería envidiable. Aunque por otro lado tampoco tendría tiempo de hacer todo lo que quiero o necesito si para cada actividad empleo mucho más del necesario. En fin, que sabemos acá lo que es mejor o peor. (...), como dijo Ortega y Gasset: "yo soy yo y mis circunstancias".
Mi segunda "bronca" fue con los zumeros, vendedores de zumo, y hago hincapié en ello porque en mi primer viaje pasó lo mismo. Compramos cinco zumos, mitad naranja y mitad granada, en la Plaza Al Fna, a un vendedor de cualquiera de los puestos que hay allí, son varios; tenia expuesto en un cartel "10 dirhams" el vaso, que curiosamente nos dío previamente, valga la redundancia, a probar; pero cuando fuimos a pagarle se las ingenio alegando que los vasos eran más grandes, que "patatín que patatán", para intentar cobrarnos el doble, mi "cabreo" fue de "órdago", se repetía la historia en el mismo lugar; solo que esta vez muy en mi "papel" amenacé al tendero con llamar a la Policía, a sabiendas, que los lugareños les temen, de suponer es, casi con seguridad, que los métodos utilizados por estos Cuerpos no deben ser muy considerados, por lo que sí son tremendamente persuasivos (no hace falta decir que en ningún caso los apruebo.). La verdad es que la diferencia de precio no era significativa , pero me molestaba que nos quisieran engañar. El zumo estaba, uhmmm¡¡¡, exquisito, una delicia.
La Plaza Al Fna es un "hervidero" cosmopolita, de gente variopinta, de todos los confines, aunque la recordaba más multitudinaria. Mi atención, bueno..., parte de ella, porque mi atención se dirigía a todos los rincones, "enfilaba" a estos hombres procedentes de países centroafricanos, de color oscuro, altos, esbeltos, esculturales, para mis ojos, especialmente bellos; los encuentro muy, muy, atractivos, como a los tutsi de Ruanda o Burundi, por citar algunos.
Mi segunda "bronca" fue con los zumeros, vendedores de zumo, y hago hincapié en ello porque en mi primer viaje pasó lo mismo. Compramos cinco zumos, mitad naranja y mitad granada, en la Plaza Al Fna, a un vendedor de cualquiera de los puestos que hay allí, son varios; tenia expuesto en un cartel "10 dirhams" el vaso, que curiosamente nos dío previamente, valga la redundancia, a probar; pero cuando fuimos a pagarle se las ingenio alegando que los vasos eran más grandes, que "patatín que patatán", para intentar cobrarnos el doble, mi "cabreo" fue de "órdago", se repetía la historia en el mismo lugar; solo que esta vez muy en mi "papel" amenacé al tendero con llamar a la Policía, a sabiendas, que los lugareños les temen, de suponer es, casi con seguridad, que los métodos utilizados por estos Cuerpos no deben ser muy considerados, por lo que sí son tremendamente persuasivos (no hace falta decir que en ningún caso los apruebo.). La verdad es que la diferencia de precio no era significativa , pero me molestaba que nos quisieran engañar. El zumo estaba, uhmmm¡¡¡, exquisito, una delicia.
La Plaza Al Fna es un "hervidero" cosmopolita, de gente variopinta, de todos los confines, aunque la recordaba más multitudinaria. Mi atención, bueno..., parte de ella, porque mi atención se dirigía a todos los rincones, "enfilaba" a estos hombres procedentes de países centroafricanos, de color oscuro, altos, esbeltos, esculturales, para mis ojos, especialmente bellos; los encuentro muy, muy, atractivos, como a los tutsi de Ruanda o Burundi, por citar algunos.
La primera noche cenamos en la Plaza, estaban tantos marroquíes dando vueltas por los kioskos restaurantes "cazando" turistas que nos volvían locos, al final nos inclinamos por uno de ellos; es igual que te mostrarán la carta, es indiferente lo que quieras pedir, ellos te "engatusan" y terminas comiendo y pagando cualquier "cosa" o, echas la cuenta, reclamas, y pagas un precio más justo . Respeto a la higiene y salubridad,(...), donde fueres haz lo que vieres, mejor no mirar; la comida estaba buenísima y por otro lado hay que tener y crear defensas.
Y digo yo (¿?), si los señores políticos, ilustrados, educados, con buen poder adquisitivo, gobernantes electos nos engañan con cantidades inimaginables que importancia tiene que lo hagan los que ni tan siquiera tienen para comer, y tal vez, ni donde dormir (¿?). La picaresca existe en todos los ámbitos, ya observé, cuando íbamos a cenar a un restaurante típico, una pedigüeña que se "instalaba" de noche encima de unos cartones y algunas mantas con un bebé entre sus brazos y otro, un niño de un par de añitos, al lado, que a esas horas lo que hacia era dormir. Con toda seguridad la señora en cuestión había comprobado que le salía más rentable pedir a partir del crepúsculo. Una lamentable estampa. La mendicidad dice muy poco de los gobernantes de un país, no me creo que nadie salga a mendigar limosnas si sus necesidades básicas estuvieran cubiertas.
Otro tema que no puedo pasar de largo, es el regateo. "Inflan" los precios que después te van bajando según los 'achuchas', nada cuesta lo mismo en un comercio que en otro, es un "pirateo endémico" que, además, terminas aceptando, compartiendo, soportando y me atrevería a decir..., disfrutando. La verdad es que nos reímos muchísimo con este trapicheo.
Un punto especial es para el tráfico rodado, ¡sin palabras¡¡¡, sobre todo dentro de la Medina de Marrrakech. Pensaba que saldríamos de allí en algún momento encima del manillar de un ciclomotor o con una rueda entre las piernas. ¡Qué caos¡¡¡, pero después de algunas horas resultaba divertido, aunque no por eso dejaba de ser peligroso. Para nosotros fue un tema de conversación y frivolizando, una diversión. Carros de tracción humana, otros de tracción animal, ciclomotores, motocicletas, bicicletas, carros de compra, cestos de mercancías, gatos, y transeúntes nos disputábamos las estrechas calles y callejones todos a la vez y...,"sálvese él que pueda"
Observaba conforme recorría calles y carreteras, afueras e interiores de las poblaciones, que casi es inexistente el tejido industrial. La mayor parte de la población de las ciudades se dedica al sector servicios y al comercio, que se nutre, principalmente, del turismo. Son artesanos, pequeñas manufacturas que utilizando la materia prima que el país produce elaboran productos finales donde no hay casi especialización ni división del trabajo, la mayoría de las herramientas de las que disponen son muy rudimentarias. Fuera de las ciudades la economía es, basicamente, agraria y ganadera, con una población que vive y se desarrolla, principalmente, en los valles.
Son una aberración las diferencias sociales existentes. ¿Cómo puede albergar una nación una ingente masa de individuos que carecen de casi todo, que mal viven, que les cuesta comer diariamente y calentarse en invierno, mientras una infame minoría vive en una opulencia indigna e innoble que no se inmuta mientras observa desde su "trono" como los demás desfallecen?. Pienso que "algo o mucho" se está haciendo mal, es un sinsentido; el modelo de sociedad, de economía existente no se sostiene, mientras unos tienen tanto otros no pueden tener tan poco.
Visitamos el Valle Ourika, precioso, singular, atípico, sin palabras...Hicimos la ruta de las siete cascadas desde la aldea de Sett Fatma. Para llegar allí contratamos en Marrakech un coche con conductor y un guía de habla hispana. La verdad es que durante toda la mañana la jornada discurrió sin problemas, aunque ellos, los lugareños, tienen aprendido lo que deben mostrarnos y donde llevarnos. Todo es negocio, que no me parece mal pero es un "sistema" donde nosotros no queríamos entrar, por eso pasamos de las excursiones organizadas con más gente y decidimos ir solos. Lo presupuestado y concretado era salida a las 09:30 h y vuelta a las 17:00h. Finalizamos la ruta sobre las 13:30 y nuestro guia nos dice que es la hora de comer, para ello nos señala uno de los restaurantes de la zona, había muchísimos, pero nosotros no teníamos hambre, unos minutos antes de bajar de la montaña habíamos parado en un kiosco muy rudimentario, por cierto, situado a la altura de la tercera cascada en un lugar con unas vistas preciosas, donde nos habíamos tomado un té por el que nos "soplaron" 2€ y habíamos comido de nuestras mochilas. Nada que objetar del precio, él o la que tenga "narices" que monte un kiosko en aquellas alturas y que, además, se ponga a hacer té...
Prosigo con la "aventura" del valle..; cuando nos "negamos" ir a comer nuestro guía nos dice que nos vamos de vuelta a Marrakech, que sus servicios han terminado y que le tenemos que pagar; nos "descoloca", el conductor hace causa común con él y nosotros "flipamos"; después de algunas discusiones y tras hablar con la agencia de alquiler, logramos dar un paseo por la aldea, visitar una casa bereber y que nos "devolvieran" a la ciudad sin más problemas añadidos. Supongo que ambos tenían comisión con los restaurantes y se las hicimos perder.
Otro día visitamos la ciudad de Essaouira, principalmente la Medina y el puerto pesquero; "aluciné", como siempre. Cuando tengo la oportunidad me gusta visitarlos, tienen un encanto especial, son la antítesis de los deportivos, son la esencia, lo profundo, lo natural, lo salvaje y maloliente, pero siempre atrayentes. En éste se vendía todo tipo de pescado, de mariscos, de moluscos, (...), se limpiaba y se despiezaba sobre la marcha si era necesario En el mismo puerto los comerciantes te lo preparaban y a pocos metros lo cocían o asaban por poco dinero. Comimos "in situ", nos dimos un homenaje; ¡madre mia que bueno estaba todo¡¡¡, solo con pensarlo se me hace la "boca, agua".
El resto de los días se los dedicamos a Marrakech, visitamos Palacios y Jardines, apunte especial para los de Majorelle; las tumbas saudíes; el cementerio judío; restaurantes de lujo y kioscos ambulantes; tiendas preciosas llenas de objetos exóticos y otras deprimentes; barrios con mansiones suntuosas y otros con improvisadas y ruinosas chabolas; hoteles de súper lujo y otros que casi no cuentan con lo básico; alrededores de la Mezquita Kotubia, dentro de ellas está prohibido entrar para los no musulmanes, a excepción de la de Hassan II en Casablanca; el aeropuerto, con un diseño muy vanguardista; museos, entre ellos el de Ives Sant Lorent, excepcional ....Todo ello es Marruecos, forma parte de la idiosincrasia de su gente.
Un apunte especial para la Medina de Marrakech, fundada sobre 1070 por los almoravides. Es provocativa, cautivadora, extraña, laberíntica, exótica...Me empequeñecí recorriendola, pateando las marañas de calles y callejones, descubriendo los rincones prohibidos, las esquinas de los indigentes, escuchando sus muros y sus lamentaciones me enteré de las batallas libradas, de los muertos enterrados y de los vivos olvidados. Si mis estancias allí fueran más largas y con la tendencia que tengo a transgredir los limites políticamente correctos, la curiosidad por saber y conocer, más esa "manía incontrolable" de abrir las puertas cerradas, seguro que descubriría los fantasmas que vagan sin rumbo por las murallas y recovecos. En poco más de algunos minutos de "conversación me contaron" que detrás de las puertas cerradas, algunas a "cal y canto", viven mujeres recluidas en el ámbito domestico que miran la vida a través de las rendijas o de un NIQAB. Todo ello forma parte de su cultura, la religión está muy presente en la vida de un marroquí, demasiado presente, creo que debería formar parte del mundo privado y nunca rebasar este "umbral".
De cualquier forma es un país con un encanto especial, lleno de vida y de gente, de colores y grises, de verdes valles y secas estepas, de llanuras y grandes montañas, de gente dispuesta a enseñarte su cultura, su pasado y presente. Para mi se ha convertido en un "reclamo", es un destino asequible muy cercano. Compartirlo con mis amigos ha sido una experiencia altamente gratificante, lo hemos pasado genial, nos hemos reído muchísimo, hemos comido para "reventar" y hemos disfrutado como "enanos". Qué más se puede pedir?
Algunos vídeos:
MARRUECOS I
MARRUECOS II
MARRUECOS III
Del viaje que realice hace tres años por este extenso país hice esta crónica...:
VIAJE A MARRUECOS 2014
Un punto especial es para el tráfico rodado, ¡sin palabras¡¡¡, sobre todo dentro de la Medina de Marrrakech. Pensaba que saldríamos de allí en algún momento encima del manillar de un ciclomotor o con una rueda entre las piernas. ¡Qué caos¡¡¡, pero después de algunas horas resultaba divertido, aunque no por eso dejaba de ser peligroso. Para nosotros fue un tema de conversación y frivolizando, una diversión. Carros de tracción humana, otros de tracción animal, ciclomotores, motocicletas, bicicletas, carros de compra, cestos de mercancías, gatos, y transeúntes nos disputábamos las estrechas calles y callejones todos a la vez y...,"sálvese él que pueda"
Observaba conforme recorría calles y carreteras, afueras e interiores de las poblaciones, que casi es inexistente el tejido industrial. La mayor parte de la población de las ciudades se dedica al sector servicios y al comercio, que se nutre, principalmente, del turismo. Son artesanos, pequeñas manufacturas que utilizando la materia prima que el país produce elaboran productos finales donde no hay casi especialización ni división del trabajo, la mayoría de las herramientas de las que disponen son muy rudimentarias. Fuera de las ciudades la economía es, basicamente, agraria y ganadera, con una población que vive y se desarrolla, principalmente, en los valles.
Son una aberración las diferencias sociales existentes. ¿Cómo puede albergar una nación una ingente masa de individuos que carecen de casi todo, que mal viven, que les cuesta comer diariamente y calentarse en invierno, mientras una infame minoría vive en una opulencia indigna e innoble que no se inmuta mientras observa desde su "trono" como los demás desfallecen?. Pienso que "algo o mucho" se está haciendo mal, es un sinsentido; el modelo de sociedad, de economía existente no se sostiene, mientras unos tienen tanto otros no pueden tener tan poco.
Visitamos el Valle Ourika, precioso, singular, atípico, sin palabras...Hicimos la ruta de las siete cascadas desde la aldea de Sett Fatma. Para llegar allí contratamos en Marrakech un coche con conductor y un guía de habla hispana. La verdad es que durante toda la mañana la jornada discurrió sin problemas, aunque ellos, los lugareños, tienen aprendido lo que deben mostrarnos y donde llevarnos. Todo es negocio, que no me parece mal pero es un "sistema" donde nosotros no queríamos entrar, por eso pasamos de las excursiones organizadas con más gente y decidimos ir solos. Lo presupuestado y concretado era salida a las 09:30 h y vuelta a las 17:00h. Finalizamos la ruta sobre las 13:30 y nuestro guia nos dice que es la hora de comer, para ello nos señala uno de los restaurantes de la zona, había muchísimos, pero nosotros no teníamos hambre, unos minutos antes de bajar de la montaña habíamos parado en un kiosco muy rudimentario, por cierto, situado a la altura de la tercera cascada en un lugar con unas vistas preciosas, donde nos habíamos tomado un té por el que nos "soplaron" 2€ y habíamos comido de nuestras mochilas. Nada que objetar del precio, él o la que tenga "narices" que monte un kiosko en aquellas alturas y que, además, se ponga a hacer té...
Prosigo con la "aventura" del valle..; cuando nos "negamos" ir a comer nuestro guía nos dice que nos vamos de vuelta a Marrakech, que sus servicios han terminado y que le tenemos que pagar; nos "descoloca", el conductor hace causa común con él y nosotros "flipamos"; después de algunas discusiones y tras hablar con la agencia de alquiler, logramos dar un paseo por la aldea, visitar una casa bereber y que nos "devolvieran" a la ciudad sin más problemas añadidos. Supongo que ambos tenían comisión con los restaurantes y se las hicimos perder.
Otro día visitamos la ciudad de Essaouira, principalmente la Medina y el puerto pesquero; "aluciné", como siempre. Cuando tengo la oportunidad me gusta visitarlos, tienen un encanto especial, son la antítesis de los deportivos, son la esencia, lo profundo, lo natural, lo salvaje y maloliente, pero siempre atrayentes. En éste se vendía todo tipo de pescado, de mariscos, de moluscos, (...), se limpiaba y se despiezaba sobre la marcha si era necesario En el mismo puerto los comerciantes te lo preparaban y a pocos metros lo cocían o asaban por poco dinero. Comimos "in situ", nos dimos un homenaje; ¡madre mia que bueno estaba todo¡¡¡, solo con pensarlo se me hace la "boca, agua".
El resto de los días se los dedicamos a Marrakech, visitamos Palacios y Jardines, apunte especial para los de Majorelle; las tumbas saudíes; el cementerio judío; restaurantes de lujo y kioscos ambulantes; tiendas preciosas llenas de objetos exóticos y otras deprimentes; barrios con mansiones suntuosas y otros con improvisadas y ruinosas chabolas; hoteles de súper lujo y otros que casi no cuentan con lo básico; alrededores de la Mezquita Kotubia, dentro de ellas está prohibido entrar para los no musulmanes, a excepción de la de Hassan II en Casablanca; el aeropuerto, con un diseño muy vanguardista; museos, entre ellos el de Ives Sant Lorent, excepcional ....Todo ello es Marruecos, forma parte de la idiosincrasia de su gente.
Un apunte especial para la Medina de Marrakech, fundada sobre 1070 por los almoravides. Es provocativa, cautivadora, extraña, laberíntica, exótica...Me empequeñecí recorriendola, pateando las marañas de calles y callejones, descubriendo los rincones prohibidos, las esquinas de los indigentes, escuchando sus muros y sus lamentaciones me enteré de las batallas libradas, de los muertos enterrados y de los vivos olvidados. Si mis estancias allí fueran más largas y con la tendencia que tengo a transgredir los limites políticamente correctos, la curiosidad por saber y conocer, más esa "manía incontrolable" de abrir las puertas cerradas, seguro que descubriría los fantasmas que vagan sin rumbo por las murallas y recovecos. En poco más de algunos minutos de "conversación me contaron" que detrás de las puertas cerradas, algunas a "cal y canto", viven mujeres recluidas en el ámbito domestico que miran la vida a través de las rendijas o de un NIQAB. Todo ello forma parte de su cultura, la religión está muy presente en la vida de un marroquí, demasiado presente, creo que debería formar parte del mundo privado y nunca rebasar este "umbral".
Algunos vídeos:
MARRUECOS I
MARRUECOS II
MARRUECOS III
Del viaje que realice hace tres años por este extenso país hice esta crónica...:
VIAJE A MARRUECOS 2014
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VALLE OURIKA |
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